El Ministerio de Sanidad ha autorizado ponerse un pendiente de recuerdo de la juventud, con su correspondiente sensación de rebeldía, a los mayores de 40 años, según ha informado en un comunicado este jueves. Dicho refuerzo de la autoestima podría comenzar a administrarse a todas las personas, especialmente a los hombres, que al cumplir los 40 años necesiten «un nuevo chute de adrenalina».

«El pinchazo duele y molesta un poco los primeros días, pero luego se notan los efectos enseguida y te sientes más joven, más vital… Merece la pena», dice E.G., un hombre que cumplió cuarenta años el pasado domingo y que se alegra de que Sanidad le haya permitido, esta misma mañana, ponerse un pendiente en su oreja derecha.

La Comisión de Salud Pública, integrada por los directores generales del área, insiste en que debe permitirse a todos los hombres que se sientan tristes y consideren que su juventud ya ha pasado que se pongan un pequeño pendiente «siempre y cuando no sea en la ceja o en la nariz».

«Y si es necesario reforzar ese primer pendiente con un segundo pendiente o incluso un tercer pendiente, ya se irá viendo», dicen desde Sanidad.

Según el organismo, «no hay colectivo más vulnerable y que necesite mayor refuerzo que los hombres de cuarenta años». Sanidad ha evitado, eso sí, posicionarse sobre los tatuajes, considerando que, aunque es importante «inmunizarse contra la rutina y la madurez demostrando que aún quedan algunas balas de inconformismo en el cartucho», tampoco sería necesario «hacer el gilipollas y mucho menos a estas edades, por favor».

A última hora, Sanidad ha difundido un comunicado animando a todos los mayores de cuarenta años a inmunizarse contra la vejez de la manera que consideren oportuna porque, «bien pensado, para lo que les queda, que se maten haciendo parapente o lo que les dé la puta gana porque la vida son dos días y, oye, si vistiendo como imbéciles, yendo en moto o haciendo maratones creen que van a vencer a la muerte, pues allá ellos».