Quien se pregunte por qué España no avanza a paso ligero como el resto de países europeos debe acordarse de Pablo Echemingas, el semáforo rojo frente al que debemos detenernos hasta que las urnas lo aparquen definitivamente.
Este híbrido enchufado circula por donde le da la gana por el etarral en el que se ha convertido el Congreso de los Diputados, contaminando el ambiente con sus humos. Y a las pruebas cabe remitirse: ha tenido agallas suficientes para acusar a Ortega Smith de «huir con el rabo entre las piernas» tras enfrentarse a un okupa.
Peligrosa la pendiente a la que se asoma la roomba podemita, burlándose de quienes hacen el trabajo sucio luchando contra viento y marea por los derechos de los españoles de bien.
¿Cuánta autonomía le queda al susodicho? Hora de cortarle el grifo si queremos una España limpia…