Como cada año por San Valentín, la madrileña Ana Rosales, de 28 años, se muestra estos días “especialmente sentimental y vulnerable” y esta vez le ha dado por abrazarse emocionada a un contenedor de reciclaje de vidrio asegurando que su aliento le recuerda al de su exnovio.
“Ese aroma a cerveza reconcentrada con trazas de vino es tal cual el aliento de Fran, y esa constitución corpulenta, esos abrazos que daba, son idénticos a los que me da ese contenedor”, asegura la joven, que no quiere separarse del iglú “que mantiene mi corazón a resguardo del frío emocional”.
Desde Ecovidrio aseguran que “no hay que ponerle barreras al amor al reciclaje”, aunque recuerdan que “tiene que ser un amor abierto a otras relaciones, porque el contenedor es para todos, no solo para Ana”.
Como gesto de apoyo, Ecovidrio ha bautizado oficialmente este contenedor como Fran y, si Ana lo desea, la entidad pondrá “todos los medios necesarios” para hacer posible el enlace matrimonial entre ambos.
“El amor tiene que ser transparente y, aunque parece frágil, si es sincero es también sólido y puede durar muchos años y tomar muy distintas formas”, explican desde Ecovidrio. “Como el vidrio, vamos”, aclaran.
Rosales sigue en estos momentos abrazada al contenedor Fran y ha increpado a una vecina que, según ella, “se ha acercado mucho a él agasajándolo con una botella de vino caro”.
