Asegurando que mataría por “un hueso normal de los de toda la vida”, Chispi, el perro del cocinero Ferran Adrià, ha declarado esta mañana a la prensa que echa mucho de menos comer sobras de comida normal y no las sobras de comida deconstruida de los restaurantes del cocinero en Barcelona.
“Yo soy un perro sencillo y cuando vuelvo del parque nada me hace más feliz que un trozo de bistec frío del día anterior o un hueso de espinazo o un poco de pan duro con cortezas de queso”, ha explicado Chispi a la prensa diciendo que está harto de lamer platos de comida que no es capaz de identificar ni siquiera con el olfato o de asomarse a la mesa y que se le vayan las ganas de pedir comida.
“Es que ya ni pido”, insiste el perro.
“Al principio esas novedades son muy sugerentes, pero cuando comes cada puto día reducción de cocido o piruletas de gazpacho, te cansas”, explica. Chispi también está cansado de que su dueño le sirva la comida en cucharillas de degustación y no en “una fiambrera vieja y mordida” como él querría.