Viéndose obligados a tirar miles de tapas de ensaladilla, pinchos de tortilla y croquetas gratis, los bares y restaurantes de Catalunya aseguran que es una auténtica pena que el cierre de los establecimientos durante quince días haya coincidido con el momento en el que habían decidido empezar a regalar tapas. “Qué casualidad, justo ahora que íbamos a empezar a poner tapa con cada cerveza… en fin, mala suerte, hay que tirarlo todo”, explica Jordi Greu, portavoz del Gremi de Restauració de Barcelona.
“Mira que podíamos haber empezado antes a regalar tapas, pero queríamos que fuera este viernes a modo de sorpresa. Qué mala suerte, estamos cerrados y no ha podido ser”, lamenta Greu, que culpa el Govern de la decisión de cerrar los bares “tras días de trabajo cocinando tapas gratis que ahora no se comerá nadie”.
Según afirman los hosteleros, la intención era que, a partir de hoy mismo y en todo el territorio catalán, una persona que pidiera una o dos cervezas “pudiera casi cenar”. “La idea no era poner cuatro aceitunas de mierda. Nuestra intención era poner una ración de paella o de huevos rotos, algo nunca antes visto aquí”, explica Greu.
Los restauradores sospechan que, cuando vuelvan a abrir tras las restricciones, no tendrán ya el ánimo de volver a implantar la tapa gratis, pues “se ha demostrado que da mala suerte”.