El Gobierno ha confirmado esta mañana que aumentará las tasas de las actividades relacionadas con la lucha antisistema, endureciendo además los requisitos para obtener una licencia oficial para quemar contenedores y agredir a la autoridad.
«Actualmente, por una cuota trimestral de 50 euros, cualquiera puede arrojar piedras contra una sucursal bancaria. Es una de las tasas más bajas de Europa y no cubre los desperfectos», ha explicado la portavoz del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría.
«La destrucción de la convivencia y de lo establecido tiene que ser sostenible a largo plazo», ha añadido.
«Si hay que pedir un crédito para quemar una sucursal, se pide», amenazan los antisistema
Varios grupos violentos enfrentados al poder han expresado su descontento con rabia y escupitajos al conocer las intenciones del Gobierno, al que acusan de «aprovechar su situación privilegiada para castigar económicamente a muchos antisistema que aún dependemos del dinero que nos pasan nuestros padres».
«Si hay que pedir un crédito para quemar una sucursal bancaria, se pide», ha amenazado Tontxo Birras, antisistema de 16 años que paga religiosamente todas las tasas para romper mobiliario urbano y socavar los cimientos de las grandes estructuras de control económico y político.
«Llevo meses ahorrando para quemar una papelera de la calle Serrano, estoy muy loco y haré lo que sea», asegura.
«Lucharemos contra el capitalismo aunque nos aumenten la cuota anual. Si es necesario, nos organizaremos como empresa y buscaremos capital inversor», declara un joven de Vallecas que se define como «profesional de la anarquía desde 1996».
Frente a las críticas de los violentos, Sáenz de Santamaría ha adelantado a los medios que «habrá descuentos para jóvenes y para todos aquellos que estén empezando en el sector de la destrucción de los poderes fácticos».