La retirada de Pedro Sánchez para reflexionar forzó al PSOE a plantearse seriamente su sucesión, un desafío frente al cual los socialistas no tienen una estrategia clara. Al ser preguntado sobre esta inquietud, Sánchez se ha limitado esta mañana a recordar que «la inteligencia artificial está avanzando que es una barbaridad».
Sánchez ha reconocido que, por el momento, no hay nombres concretos que se barajen para reemplazarlo en la secretaría general, pero se aventura a adelantar que «seguro que será algo parecido a AmaIA, AlexIA o cosas así, que se asocian a la inteligencia del futuro». Se atreve a descartar que vaya a ser sustituido «por alguien llamado Montero o Camuñas», pues piensa más bien en «un sistema complejo de algoritmos nutrido con toda mi sabiduría, pero con la capacidad de llevarla a otro nivel».
El mandatario dice que no está en condiciones de poner fecha «a la llegada de esta inteligencia superior», y señala que «habrá que asegurarse antes de que su poder no puede ser usado en contra de la socialdemocracia». Admite que es «un desafío», pero también cree que «no me toca a mí ofrecer respuestas para las dudas que suscita el futuro».
Los socialistas lamentan que el partido no esté ahora mismo en condiciones de superar el personalismo, pero confiesan que, los cinco días que Sánchez estuvo de retiro, fue sustituido por un Furby «sin que apenas se notara la diferencia».