Los jugadores del equipo barcelonista apenas estuvieron pendientes de lo que ocurría en el terreno de juego. En la rueda de prensa posterior al enfrentamiento, Xavi atendió a los medios haciendo referencia a «la crisis de valores de Occidente». Parecía estar muy preocupado también por lo errante que se ha vuelto la política de Obama. Sin embargo, no hizo referencia alguna al gol que anuló el árbitro y, cuando un periodista le recordó lo ocurrido, el centrocampista replicó que «más se ha perdido en el Líbano».
Todos los jugadores actuaron igual ante la prensa, empeñada en abordar temas futbolísticos. «Me parece muy frívolo lo que estáis haciendo teniendo en cuenta cómo están las democracias europeas. Eso sí debería preocuparnos», se quejaba Messi. «Es que ni siquiera podemos hablar de democracia», añadió Guardiola enfervecido. «Lo que tenemos hoy en día es una partidocracia, ganan los partidos que más dinero tienen para invertir en marketing electoral».
El técnico barcelonista tuvo que admitir, finalmente, que el método empleado para motivar a sus muchachos no fue, quizá, el más efectivo deportivamente hablando. «Sólo trataba de inspirarlos y últimamente he estado leyendo algunos compendios de Chomsky, trabajando en un artículo sobre su visión del conflicto palestino», explicó. Para próximos encuentros, el entrenador promete leerles algún pasaje de Nietzsche y otros pensadores de perfil más combativo. «Pero en fin, que nadie se alarme, ayer no triunfó el Barça pero sí la democracia».