La edición de este año de la gala MET, cuya temática gira alrededor del concepto ‘Sleeping Beauties: Reawakening Fashion’, ha tenido una clara ganadora en cuanto a estilismo se refiere: una bolsa negra de la basura llena de plásticos que se desplazó, empujada por el viento, a través de la alfombra roja mientras los fotoperiodistas capturaban su livianidad con asombro.
«Remata el conjunto con un broche amarillo que le aporta un look abejita sobrio pero con personalidad», certificaron pronto los periodistas, maravillados ante la elección de «esta persona que será una actriz o una cantante, no está claro, y que no esté claro es también parte del misterio y del atractivo que tiene».
Los cronistas más avispados no tardaron en sugerir que la elección del outfit escondía una crítica al mundo del espectáculo. «Pensemos bien en lo que representa en la vida real una bolsa de la basura. En este caso, llena de plásticos. Retrata el vacío que esconden todos los fastos de la propia gala, es una llamada de atención clarísima», publicaba esta mañana la revista Vanity Fair US.
Por desgracia, el sensual desfile de la bolsa quedó ensombrecido por un incidente desagradable: un enajenado vestido con un mono azul intentó agarrarla por el lazo. Por fortuna, los servicios de seguridad lo expulsaron y le dieron una paliza al agresor.