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Descubren «Ceci n’est pas un hôtel», el cuadro inédito que pintó la madre de René Magritte

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El pintor surrealista belga René Magritte le debe a su madre, Regina Magritte, mucho más de lo que los historiadores del arte y los biógrafos creían hasta ahora. El pasado martes, un marchante norteamericano logró que se certificara la autenticidad de «Ceci n’est pas un hôtel», una pintura de 1904 hallada en un almacén de Lessines, en la provincia de Hainaut, cuya autoría pertenece precisamente a la progenitora del aclamado pintor. «Más que un cuadro con aspiraciones artísticas, era un cartel que la madre colgó en la entrada de la residencia familiar para advertir a René, entonces adolescente, de que no podía entrar y salir de casa a su antojo», explica el crítico Robert Levy.

Hasta la fecha, los historiadores atribuían a la trágica muerte de Regina Magritte su influencia en las pinturas que el belga hizo entre 1927 y 1928, incluyendo una de sus obras más conocidas, «Les Amants». El hallazgo de esta nueva pintura confirma ahora que la impronta materna se plasmó de forma mucho más literal en «La trahison des images», la serie famosa por la inscripción de la frase «Ceci n’est pas une pipe».

Aunque es pronto para contar con interpretaciones con consenso académico, los críticos más audaces consideran que la frase «Ceci n’est pas un hôtel» quedó grabada de tal modo en la memoria del joven Magritte que, años después, pintó el famoso cuadro de la pipa para rememorar las veces en las que su madre le había regañado por fumar en casa y él había insistido en negar las acusaciones, asegurando que la pipa que la madre recordaba haber visto en un cajón de su escritorio no era más que un recuerdo engañoso.

Los historiadores se comprometen a investigar a fondo el ambiente que se vivía en la casa de los Magritte, pues sospechan que era «totalmente surrealista», y no descartan encontrar más obras de arte en forma de listas de la compra o garabatos dibujados mientras se hablaba por teléfono.

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