Esta semana, Juan Roig, director y accionista mayoritario de Mercadona, ha admitido que el récord de beneficios de su cadena de supermercados se debe a las monedas de euro que los clientes se dejan en los carritos. El empresario valenciano ha reconocido que, sin la ayuda de sus olvidadizos consumidores, jamás habría alcanzado las cifras millonarias del ejercicio del año pasado.
“Cada español olvidó al menos tres veces una moneda en el carrito en 2023, eso son 120 millones de euros de beneficio neto”, ha explicado Roig en la junta de accionistas. “Si añadimos los céntimos caídos bajo las cajas, nos situamos en los 200 millones de euros anuales”, ha añadido. También fue de ayuda el dinero del rescate de un niño que unos padres dejaron olvidado en la sección de lácteos.
Decidirse a instalar dispositivos antirrobo en las latas de berberechos fue otra decisión clave a la hora de batir el récord de ganancias. Los clientes de Mercadona solían robar este alimento a espuertas, lo que estuvo muy cerca de llevar el negocio a la bancarrota. “Los guardas de seguridad miraban para otro lado porque les metían latas de berberechos a escondidas en el bolsillo”, denuncia Roig.
Mercadona también ha admitido que, si no fuera por tu enfermiza obsesión por su humus, habría tenido que cerrar hace más de quince años.