Tras el reciente estreno de la serie Reina Roja, basada en la saga literaria de Juan Gómez-Jurado, explotar a miles de repartidores y acabar con el pequeño comercio han pasado a ser lo segundo y tercero peor que ha hecho Amazon. Gracias a esta serie de Prime Video, que Jeff Bezos se haya enriquecido a costa de someter a sus trabajadores a condiciones de extrema precariedad y que su modelo de negocio haya causado el cierre de innumerables tiendas familiares ya no parece tan grave.
Después de todo el daño que ha causado a las librerías en los últimos años, ahora Amazon les ha echado un cable al poner en valor los libros en comparación con las series. Los espectadores de Prime han apagado a toda prisa el televisor y han ido corriendo a las librerías para quitarse el mal sabor de boca de la serie con la lectura de la novela original. “Me he tenido que leer las primeras 200 páginas de Reina Roja para dejar de sentirme sucia”, reconoce una mujer que había empezado la serie con toda la ilusión de ponerle cara a Antonia Scott.
“Ahora, cuando hago un pedido, tengo miedo de que venga a entregármelo Hovik Keuchkerian mientras hace chascarrillos imposibles sin venir a cuento”, se sincera un usuario de Amazon Prime. “Es la primera vez que pido algo intentando que no me pillen en casa”, añade.
La baja calidad de la serie ha sorprendido tanto a los fans de la saga literaria que muchos llegaron a creer que la estaban viendo en la plataforma digital de AliExpress.