«No sé, me cuesta verme en el futuro. Todo va tan rápido… soy incapaz de verme en diez años, la verdad». Con estas palabras respondía ayer Tayo López-Grado a su oculista, que quiso saber cómo se veía en diez años para evaluar su visión de futuro. El oftalmólogo constató que el paciente necesita unas gafas para ver de lejos.
Al saber que el precio de las gafas graduadas para ver correctamente a diez años vista ronda los 3000 euros, López-Grado prefirió seguir viendo mal. «Si me gasto ese dinero, me veo pobre en diez años y también en diez minutos. Y sin las gafas», comentó.
El oculista lamenta el poco interés de sus pacientes más jóvenes en cuidar su vista de lejos. «Luego se quejan de que el futuro es muy negro. O dicen directamente que no hay futuro, culpando al cambio climático y a las generaciones anteriores. Es importante tener visión de futuro, verlo borroso afecta incluso al estado de ánimo», dice el especialista.
Cuando el médico le aclaró a Tayo que la consulta costaba 150 euros, el paciente se sobresaltó. «Con unas gafas graduadas lo habrías visto venir», señaló el oculista.