El Papa Francisco se ha pronunciado al fin sobre el abrazo que le dio esta semana el presidente de Argentina, Javier Milei, y ha confirmado lo que mucha gente temía: el fuerte abrazo de Milei fue inesperado y en ningún momento consentido. “Se me abalanzó y no supe qué hacer, me quedé parado”, ha dicho el Papa Francisco.
Fuentes cercanas al pontífice han asegurado que Bergoglio ha estado en las últimas horas preguntando si su falda era excesivamente entallada o provocativa, aunque luego ha sido capaz de reflexionar y dejar de culparse a sí mismo. “Quien me abrazó fue él y yo no supe qué hacer, con tanta gente mirando. En el vídeo se puede ver que yo estoy incómodo y me echo hacia atrás haciéndole una cobra, pero él se aprovecha”, ha explicado el Papa.
“Lo del piquito, francamente, me sobró”, ha añadido el pontífice.
Fuentes del Vaticano han confirmado la versión del Papa, a quien, al volver a sus aposentos, algunos miembros de la curia vaticana le comentaron que “vaya buen rollito con el presi [de Argentina] ¿no?”. Comentarios a los que el Papa respondió entre risas y diciendo “No me ha gustado, ¡eh! ¿Y qué hago yo?”.
Por su parte, Milei (que días atrás había llamado al Papa “el maligno de la Tierra” y “amigo de dictadores”) ha sostenido que el abrazo fue consentido, que se trató de una muestra de afecto “natural” y a la luz de “millones de ojos” y que el Papa, que tiene un “conocido historial en el que siempre pide amor para todo el mundo”, iba “pidiéndolo”.
Milei ha llamado “estúpidos” y “tontos del culo” a los que han dado alas al inadecuado gesto.