«Tocarme los huevos media jornada no es suficiente, es que no me da para vivir». Con estas palabras ha denunciado esta semana el valenciano Javier Limoñas que los esfuerzos del Gobierno para subir el salario mínimo no le bastan. «Un salario mínimo proporcional al trabajo mínimo, esto es lo que necesito y no tengo», comenta. «Lo diré claramente: tengo a mis huevos explotados», declara.
Limoñas lleva diez años calentando la silla en las oficinas de Jenkins&Co. Los gastos derivados de dicha actividad y que no le cubre la empresa -suscripciones a canales de Twitch, compras de productos de tecnología en Amazon, pornografía y juegos online, principalmente- se acaban llevando la mayor parte de su sueldo. Esta situación ha obligado al trabajador a buscar otro puesto en una empresa de otro sector. «Por suerte, mi trabajo de no hacer ni el huevo se adapta a cualquier ámbito profesional, digamos que es poco especializado», señala, aunque matiza que «no hacer absolutamente nada en dos sitios distintos en realidad es agotador».
«Ya no distingo cuándo me estoy tocando los huevos en horario laboral y cuándo lo hago en mi tiempo de ocio. Es posible que esté tocándome los huevos para la empresa un sábado por la tarde sin cobrarlo», se queja Javier Limoñas.
El drama de este empleado que no hace absolutamente nada y cobra poco para lo que consume cada mes ha llegado a Yolanda Díaz, que se ha dirigido al afectado para recordarle que ella misma es vicepresidenta segunda del Gobierno y al mismo tiempo ministra de Trabajo. «Cuando oigo tus quejas pienso que soy yo literal», ha confesado en las redes sociales.
