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Sin que nadie sepa cómo, un matrimonio ha logrado hacerse con una caseta de Fitur y está enseñando las fotografías de su viaje a Grecia

"¡REY! ¡VEN AQUÍ!", LE GRITARON A FELIPE VI EL DÍA DE LA INAUGURACIÓN

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En algún momento durante el día de ayer, un matrimonio de Guadalajara consiguió hacerse con una caseta de la 44ª edición de la Feria Internacional del Turismo de Madrid, que se celebra estos días en el recinto de Ifema, y desde entonces se dedica a enseñar fotografías de su último viaje a Grecia. La caseta muestra un cartel con el título «Una escapadita con encanto» y en el mostrador José y Amparo llaman la atención de los presentes animándoles a escuchar anécdotas de su viaje. «Se les ve tan ilusionados que hemos preferido no intervenir», explican desde la organización.

El único momento de tensión tuvo lugar ayer al mediodía, cuando, al ver que Felipe VI se acercaba a la zona, José se puso a gritar «¡Rey! ¡Rey!», y en cuanto el monarca miró hacia la caseta, José Alfaro le dijo «¡Ven aquí!». Aunque el entorno de Su Majestad intentó evitar que el monarca se desviara del recorrido, Felipe VI sintió curiosidad y se aproximó creyendo que se trataba de una caseta oficial. «José y Amparo lo retuvieron casi veinte minutos mostrándole fotos, con tanta confianza que José llegó a hacer chistes malos; le dijo al Rey que en Grecia el queso feta está siempre de ofeta», declaran fuentes de Fitur. Pese al incidente, todo transcurrió con cierta naturalidad, aunque la agenda del Rey se vio afectada por el contratiempo.

El resto de asistentes a la feria fue cayendo también en la trampa, dejándose seducir por el desparpajo de los Alfaro. «Aquí comimos de maravilla. El camarero hablaba algo de español además», señalaba contenta Amparo a un grupo de ejecutivos que fue incapaz de abandonar la caseta, pues cada vez que hacían ademán de retirarse la pareja los agarraba del brazo. «Me compré un gorro de paja, pero no me lo he puesto más», admitía José mientras enseñaba una fotografía que se hizo en Atenas y donde se le puede ver con la boca sucia de yogur intentando pronunciar «jroña que jroña».

«Es bastante parecido a España, en realidad. No merece la pena ir», zanjaba Amparo ayer al final de la jornada, después de haber dedicado más de seis horas a compartir la experiencia. Pese a todo, esta mañana se han presentado puntuales en la caseta, al pie del cañón.

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