La empresa de reparación y sustitución de lunas de automóvil asegura estar harta de ver a sus clientes entrando en sus establecimientos mientras cantan la sintonía “Carglass cambia, Carglass repara” y que “nunca, jamás, en 20 años, nadie haya preguntado ‘¿Y tú, Carglass, cómo estás? ¿Cómo estás tú, Carglass?’”.
“Que si cambia, que si repara, pero nunca es ‘respira, siéntate, piensa en ti’. Admitimos que tenemos la culpa porque lo que anunciamos son cambios y reparaciones, pero también creemos que tiene que salir de ellos el gesto de interesarse por Carglass… ¿No? No sé, digo yo”, lamenta Joseba, de Carglass, una de las caras visibles de la empresa en España.
“No todo en la vida es cambiar o reparar, ¿dónde queda sentir? ¿amar? ¿mirarse a los ojos?”, se quejan desde Carglass.
“Carglass también tiene sus días, ¿eh?”, insiste la empresa.
A última hora, Carglass ha preguntado a los clientes si, cuando dicen “Carglass, cambia”, están haciendo referencia a las lunas de los coches o a que Carglass debería revisarse y cambiar a fin de que la relación entre ambos sea más sana, porque la compañía está dispuesta a hacer lo que haga a falta.
