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Ir al gimnasio y otros ocho errores que no deberías cometer cuando te planteas ir al gimnasio

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El sedentarismo mata cada día a millones de personas y la próxima podrías ser tú, por lo que acudir al gimnasio es una muy buena forma de evitar la muerte y alargar tu esperanza de vida miserable. Ya te hayas planteado empezar a ir al gimnasio o acudas con regularidad, aquí tienes una lista de los errores más comunes que puedes cometer:

  1. Empezar a entrenar sin haber buscado antes al cliente más débil del gimnasio para darle una paliza y demostrar que eres la persona más poderosa del local y que, por tanto, son los demás los que están encerrados allí contigo y no tú con ellos.
  2. Empezar a entrenar sin haber visto antes un tiktok de una persona de tendencias neofascistas gritarte a la cara que eres una persona vaga y sin aspiraciones y que “tú puedes (entrenar e invertir en mis criptomonedas y por tanto arruinarte como yo)”.
  3. Quedarte en el calentamiento y olvidarte de hacer el ejercicio.
  4. No identificar el botón “stop” de la cinta de correr y por tanto morir tras pedir auxilio durante seis horas sin que nadie te atienda.
  5. Centrarte demasiado en trabajar solo con una máquina, como por ejemplo la máquina de vending.
  6. Mirarte en el espejo y ver tu propio cuerpo, lo que te hará perder cualquier esperanza de estar en forma.
  7. Ahogarte en la piscina del jacuzzi tras quedarte dormido.
  8. Decirle a tu familia que vas al gimnasio y salir con la bolsa del gimnasio por la puerta y accidentalmente no acabar en el gimnasio, sino confundirte y entrar por error en el bar El Torrezno Simplón y comerte por error tres pinchos de tortilla, un cortado y dos cervezas y, por error, volver a casa pasando por la fuente de la plaza para mojarte el pelo con la idea de decir, una vez en casa, “pues aquí estoy, entrenadito/a y duchadito/a”, pero no atreverte a entrar en casa sino quedarte durante 10 minutos en la puerta sintiéndote un fraude y saliendo otra vez a la calle para sentarte en un banco a llorar durante dos horas tapándote la cara con las manos y decidir que no te mereces a tu familia y que lo mejor es coger la bolsa del gimnasio y marcharte lejos, donde nadie te conozca y quizá seas capaz de empezar una nueva vida, lejos de aquí, de cero, en la que quizá tengas oportunidad de hacer las cosas mejor y no mentir a tu familia e incluso ir al gimnasio, pero confundirte y acabar viviendo exactamente la misma vida y apuntándote al gimnasio en Año Nuevo decidido, esta vez sí, a ir a entrenar y hacer las cosas bien, pero volver a confundirte y acabar, de nuevo, y también por error, en el bar El Cochinillo Cantor.
  9. Ir al gimnasio.
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