«Ha sido un año agotador, no nos compliquemos la vida». Con estas palabras manifestaba hoy el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su intención de pasar una Nochebuena tranquila y con poca gente, en casa y «solo con los más cercanos». Así pues, el mandatario y su esposa compartirán mesa «con las niñas, con Puigdemont, los de Bildu y el primo Juanjo, que tiene a los suyos en el extranjero».
Sánchez ha explicado a los periodistas que «este año merecemos, como muchos otros españoles, un poquito de tranquilidad, con los nuestros», y pide a la familia extensa, «al tío Eusebio, a Junqueras, a los proetarras y otros enemigos de España» que no se tomen como un desplante la decisión de pasar sin ellos estas fechas tan señaladas. «Nos vemos durante todo el año, creo que lo entenderán», dice.
En el último momento, el presidente pudo convencer a Puigdemont para que viajara a Madrid en un maletero «porque ir todos a Waterloo con el Falcon es un lío, las niñas no quieren viajar y mucho menos pasar frío».
Los Sánchez ya tienen preparados los adornos «y un mantel navideño precioso para cubrir la mesa de negociación». Lo que no habrá serán regalos: «este año ya nos hemos dado de todo: nosotros les hemos regalado la amnistía y ellos unos votos que la verdad es que me venían muy bien. Creo que tenemos de todo, es absurdo gastar por gastar».