Días después de que Daddy Yankee anunciara su retirada definitiva de la música para dedicarse a «vivir para Cristo», Jesucristo ha trasladado al Vaticano su plan de dejar la fe para tomar el relevo del artista puertorriqueño haciendo reguetón. «Si él vive por mí, yo viviré por él. El cuerpo de Cristo quiere janguear», ha razonado el hijo de Dios.
«Daddy vive en mí y yo viviré para él. Este es el final de un capítulo y el comienzo de uno completamente nuevo», dijo Jesús a la curia Vaticana, asegurando que, aunque no lo parezca, «tengo mancha de plátano».
«Pude recorrer el mundo durante años, ganar muchos adeptos, aplausos y elogios, pero me di cuenta de algo que dice la Biblia: ‘¿De qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?’. Por eso, esta noche, reconozco y no me avergüenzo en decirle al mundo entero que Puertorrico vive en mí y que yo viviré para Puertorrico y para la pari, chacho, raitrú», confesó.
«Se acabó la historia, y va a comenzar una nueva victoria, un nuevo comienzo», promete Jesús a sus fieles. «Todas las herramientas que tenga en mi poder, como la música, las redes sociales, las plataformas, un micrófono, todo lo que Daddy Yankee me entregó, es ahora para el reino», dijo, e invitó a todos sus seguidores a caminar junto a él en esta nueva senda, pero sin tomarlo como un líder. «Es importante: no sigan a ningún hombre; yo soy un humano», especificó, antes de pedirles a quienes quieran «que sigan a Daddy Yankee, la verdad, y la Biblia».