Quejándose de que le llegó el «material» a medio morirse y sin estar del todo preparado para una autopsia convencional, Carles Majana, forense de Reus, tuvo que «terminar el trabajo de otros» esta semana para llevar a cabo una autopsia y presentar un informe «en condiciones».
«Es la última vez que mato a una persona, no es mi trabajo. ¿Que lo puedo hacer? Claro que puedo. Pero no me pagan por ello. Lo que pasa es que la alternativa es pasarle el muerto a otro, y luego la gente habla y dice que te quitas el muerto de encima», declara con evidente enfado Majana.
En el informe, el forense no escatima detalles sobre el «estado lamentable en el que llegó el supuesto cadáver, que pronto se vio que no era tal». Recuerda que «esto no es como en un restaurante, que puedes pedir que te lo pasen un poco más». Para no demorar el proceso ni entrar «en un infierno burocrático en el que todos intentarían escurrir el bulto», el forense decidió terminar él mismo el trabajo para disponer «de un cuerpo sin vida en condiciones» con el que poder efectuar la autopsia.
«Causa probable de la muerte: la propia autopsia», señala el informe presentado esta mañana, donde Majana explica cómo golpeó la cabeza y luego verificó que esa contusión había causado el fallecimiento. «Me quejo, pero es verdad que la autopsia en sí fue sencilla. Lo que pasa es que hay cosas que no tendría por qué hacer. El problema es que de puro bueno soy tonto», comenta.