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Historiadores de la Filosofía hallan la pintada «Emosido engañado» en una pared de la caverna de Platón

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Los habitantes de la caverna de Platón sabían que su realidad no era más que una ilusión creada mediante engañosas sombras. Algunos de ellos, al menos, lo sospechaban. Esta es la tesis de los historiadores tras el sorprendente hallazgo de una pintada con el texto «Emosido engañado» en uno de los muros de la caverna. «La persona que logró escapar a la superficie y vio la luz de la Verdad regresó para avisar al resto», razonan los académicos.

El descubrimiento ha sido posible gracias a los esfuerzos del filósofo alemán Jürgen Habermas, que ha dedicado estos últimos años a recorrer los bajos fondos de la Filosofía, deambulando por caminos mil veces transitados y plasmando sus nuevos hallazgos en su última publicación, Una historia de la filosofía Vol. 1. La constelación occidental de fe y saber.

Habermas explica que su investigación exigió grandes sacrificios, y como ejemplo relata su experiencia enfundándose, a sus 94 años, en un pesado traje de aislamiento atado con un arnés a una polea, el cual le permitió transitar la tabula rasa de John Locke sin alterarla lo más mínimo. Semanas antes, había navegado las aguas descritas por Tales de Mileto para librarse del fuego siempre vivo de Heráclito de Efeso. «Tuve que ducharme varias veces para que se fuera el olor a humo, y solo entonces, aseado y con el sello reglamentario que me estampó el guardián de la puerta, me adentré en la caverna platónica con la linterna del móvil encendida», dice el filósofo. Aunque inicialmente atribuyó al cansancio la visión de la pintada en la parte superior derecha de la estancia húmeda, hizo algunas fotografías con flash pese a que está prohibido y luego pudo examinarlas y confirmar que no eran alucinaciones suyas. «Lo primero que pensé fue que las sombras me estaban confundiendo, que las letras no eran reales. Solo pude confiar en lo que había visto examinando las fotos a la luz del sol», comenta. Convencido de que no haría el ridículo, regresó días después al lugar junto a un nutrido grupo de historiadores.

Al cierre de la edición, y tras la visita de un equipo multidisciplinar de la Universidad de Leipzig, se han hallado otras pintadas con textos como «No reírse de los sunormales por favor» o «Vanpiro esiten», amén de varios envoltorios de chocolatinas en el suelo, permitiendo sospechar que la última visita a la caverna de los alumnos de Secundaria del Colegio Nuestra Señora del Torrezno de Cuenca se llevó a cabo sin respetar las medidas de seguridad y conservación del patrimonio.

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