La precariedad en el sector de la vivienda lleva a dividir inmuebles y a ofrecer cada vez espacios más pequeños en los que vivir. Los pisos ya son tan minúsculos que las inmobiliarias han empezado a ponerlos en el escaparate. Donde antes había fotos y carteles mostrando los inmuebles, ahora ya se muestran directamente los pisos, que, independientemente de su nuevo tamaño, se mantienen al mismo precio que los que se ofertaban en las fotos hace años.
Aunque los interesados no caben en estas viviendas porque son demasiado pequeñas, se están vendiendo a buen ritmo debido a la imposibilidad de adquirir otras de tamaño normal. “Al principio, los clientes tienen sus reticencias, pero cuando echan un vistazo al interior suelen interesarse mucho”, explican desde la inmobiliaria Don Casoplón. “En invierno puedes meter las manos por la ventana y calentarlas”, explican.
El auge de este tipo de viviendas pequeñas ha provocado que muchos españoles ya estén viviendo en el interior de los escaparates, algo que fomenta el consumo y que está creando un nuevo tipo de ocio. “Los inquilinos de estos pisos enanos se pasan el día viendo a las personas que miran los escaparates”, comentan desde Don Casoplón. “Se lo pasan en grande con eso”, añaden.
Los expertos aseguran que, si los pisos siguen reduciendo tanto su tamaño, pronto serán ellos los que vivan dentro de las personas, revirtiendo totalmente el modelo económico inmobiliario y trayendo mucha riqueza a las personas.