Ayer por la tarde, en un paso de peatones de la calle Bruc de Barcelona, un conductor ha levantado la mano pidiendo disculpas tras atropellar a 35 personas y atravesar con su coche el escaparate de una mercería. Al alzar su mano tímidamente, Severiano Giraso, el conductor de 45 años, enseguida ha sido disculpado por todos los presentes, que han entendido que había sido un despiste sin mala fe.
Las 35 personas atropelladas cruzaban un paso de peatones en el que Giraso no paró a tiempo porque estaba mirando indicaciones en su GPS. Al disculparse el conductor con la mano, dejó claro que había sido un despiste. En lo que respecta a los daños provocados en el escaparate de la mercería, Giraso fue rápido y también pidió disculpas enseguida. “No es que pidiera perdón al día siguiente, es que estaba atropellando a la gente y ya tenía la mano levantada”, celebran desde la Policía Nacional.
Por si el multitudinario atropello y el destrozo del escaparate no fueran suficientes para amargar el día del automovilista, un agonizante peatón tuvo que avisarle de que llevaba las luces del coche encendidas. “Joder, soy un puto desastre, macho. Cómo se nota que es lunes”, se lamentó enseguida Giraso, que al intentar apagarlas se saltó otro paso de peatones y atropelló a otra decena de transeúntes. “Pobre tío, le ha mirado un tuerto”, comentaba uno de los accidentados buscando los dos dientes que le habían saltado tras el impacto contra el guardabarros.
A raíz de esta situación, la DGT ha recordado a la ciudadanía que pedir perdón con la mano, siempre y cuando el gesto venga acompañado de cara de arrepentimiento y se produzca justo después de la infracción, exime totalmente de responsabilidad al causante de un accidente en la vía.
