Esta mañana de lunes, como cada año por estas fechas, los negacionistas del cambio horario han vuelto a llegar una hora tarde al trabajo. Miles de españoles que no creen que el cambio de hora exista se han presentado en la oficina con retraso y han protestado por las caras de sus compañeros, incapaces de ocultar el sueño. «¡Despertad! ¡Que nos quieren dormidos!», han exclamado los negacionistas.
Cuando les han pedido explicaciones, los negacionistas del cambio de hora se han limitado a decir que sus compañeros están desinformados y manipulados por las élites. “Sois unos borregos”, han lamentado. Según estas personas, la hora sigue siendo la misma que la semana pasada, pero los medios de comunicación han querido engañar a la población para someterla temporalmente.
“Vosotros habéis venido una hora antes porque estáis locos, pero yo he venido a la hora de siempre”, se defendía Jaime Caroco, un auxiliar administrativo de Palencia de 32 años.
Eso sí, al llegar el momento de marcharse a casa, en lugar de quedarse trabajando una hora más, todos los negacionistas se han ido alegando que “una cosa es ser negacionista y otra gilipollas”.
