Esta mañana, Mario Pire, un hombre de 45 años natural de León, ha vuelto a experimentar la alegría de ser padre al dejar a su hijo en el colegio después de casi tres meses. Tras un verano duro, Mario ha vuelto a sentir esa felicidad paternal al entregar a su hijo a la profesora y ver que tenía cinco horas libres por delante.
“Es una sensación que no se puede explicar con palabras, hay que vivirlo para entenderlo”, ha declarado ante la prensa. “Las personas que no tienen hijos jamás podrán experimentar esa felicidad de dejarlos en el colegio y marcharte a casa”, relata. “En el momento en el que sueltan tu mano y se meten para dentro a las nueve de la mañana, todo cobra sentido”, añade.
Según testigos presenciales, cuando Mario vio que su hijo desaparecía en el interior del colegio, llegó a emocionarse. “Es totalmente normal, los niños lloran porque no quieren ir al colegio y los padres lloran cuando ven que ya se quedan ahí”, asegura. “Cuando lo vi alejarse de la mano de la profesora, recordé por qué lo tuve”, afirma visiblemente emocionado.
Viendo lo feliz que se ha sentido con la vuelta al cole, ahora Mario se plantea apuntar a su hijo a todas las actividades extraescolares que existen para poder seguir disfrutando de la paternidad. “La idea es no ver a mi hijo hasta que se vaya de casa al empezar la universidad”, reconoce.