Pedro Sánchez ha estrenado esta semana la Presidencia española del Consejo de la UE exhumando el cadáver de Adolf Hitler. El mandatario español no ha esperado ni dos días para cambiar de sitio los restos del dictador fascista. Formaciones políticas como el Partido Popular, Vox o Ciudadanos se han mostrado en contra de la medida al considerar que reabre viejas heridas ya totalmente cerradas en el continente.
La sociedad española aún recuerda los días en los que Sánchez exhumó los restos de Francisco Franco y empezaron a acontecer desdichas. «Si con Franco, que en comparación era un mindundi, sufrimos una pandemia, un volcán y una guerra, con Hitler no me quiero ni imaginar las consecuencias», se sincera en las redes sociales Marisa Domínguez, una vecina natural de Madrid.
El cuerpo de Adolf Hitler ya ha sido retirado del cementerio argentino en el que se encontraba desde 1996 y se ha trasladado en helicóptero al cementerio austriaco que han elegido sus descendientes. Inicialmente, Sánchez quería llevar los restos a un búnker, pero la justicia europea no se lo ha permitido.
Ahora, el objetivo de Sánchez es conquistar todo el mundo, hacerse el dueño del planeta y exhumar los restos de todos los dictadores de la historia. «Algún día, un Pedro Sánchez del futuro exhumará mis propios restos y ahí se cerrará el círculo», ha expresado el presidente.
