«Así no se puede trabajar. Es una vergüenza». Quejas como esta se han ido sucediendo estas últimas semanas en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por culpa de unos vecinos de la localidad que, en plenas vacaciones, aprovechan para celebrar fiestas en su casa con la música muy alta, entorpeciendo las maniobras de despegue y aterrizaje de las aeronaves.
El incremento del tráfico aéreo hace que la situación «afecte ahora a muchos más aviones», según señala Marcos Gragera Cabezudo, un piloto de Iberia que sobrevoló varias veces el ático de estos vecinos molestos «tocando la bocina para que se dieran por aludidos, pero nada, ellos con sus bailes y sin respeto alguno por los demás».
«Ya no es solo un tema de convivencia sino de salud mental. La presión en maniobras tan delicadas ya es alta de por sí, como para que encima te distraiga el reguetón. De repente se oye booooombaaa y te saltan todas las alarmas, hasta que entiendes que es la música. El tema es serio», insiste Gragera.
Desde el aeropuerto reconocen que «con este ruido, nadie va a querer trabajar aquí, y muchos pasajeros elegirán otros destinos». Por el momento, incluso habiendo recibido varias denuncias, los vecinos no hacen caso de las quejas y parece incluso que se regodean haciendo sonar a todo trapo a Paco Pil cantando «Más potencia, pide pista que despego, ponte en órbita en las fiestas fiestas fiestas fiestas locas como esta».
