Tras haber organizado y pagado un viaje de dos semanas a México, una pareja ha llegado a la conclusión de que no está tan mal como para romper y tenerlo que anular. «Puede que ya no exista esa chispa de antes, que nos demos bastante pereza el uno al otro, pero tampoco estamos tan mal como para perder el dinero de los billetes y del alojamiento», se sincera Marisa Román, de 32 años.
Rubén Saray, por su parte, reconoce que preferiría irse de viaje con otra gente porque con Marisa se aburre, pero es consciente de que han pagado mucho dinero y sería absurdo echar a perder el verano. «Todavía nos toleramos bastante, al final estaremos en la playa cada uno un poco a su bola, no será tan horrible», dice.
Ambos creen que podrán ignorarse durante el viaje y que ya romperán tranquilamente a la vuelta. «O no, porque tenemos una boda en septiembre y ya nos hemos comprometido a ir y además hemos transferido el dinero del regalo», apunta Marisa. «Juntos no estamos tan mal, tarde o temprano romperemos, simplemente hay que buscar el momento apropiado», añade. «El momento más propicio también a nivel económico», subraya él.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que Marisa ha dado positivo en un test de embarazo, por lo que la pareja ha acordado seguir al menos hasta que el hijo empiece la universidad. «Será lo más cómodo, tampoco es que tengamos una convivencia tan horrible como para criar al bebé por separado», reflexiona Rubén.