Los bebés que viajen a bordo de los trenes de Renfe deberán hacerlo en el vagón del silencio y, en caso de llorar, sufrirán las miradas reprobatorias y el chistar de los viajeros. Esto, según los responsables de la compañía ferroviaria, contribuirá a que los bebés dejen de llorar durante los trayectos, una molestia que hasta ahora nadie había podido evitar.
Se trata de una idea del mismo equipo que creó la web de Renfe y, según ellos, ayudará a que los viajeros tengan una experiencia completa que comienza en el momento de la compra del billete y termina cuando el viajero llega a su destino, que es cuando Dios quiera.
La tripulación repartirá a los viajeros, además de los conocidos auriculares diseñados por este mismo equipo creativo, una pastilla de cianuro o una pistola con una sola bala.
La primera prueba piloto ha permitido descubrir una consecuencia no deseada de esta nueva medida: emocionados al ver a sus retoños mantenerse por primera vez en silencio, los padres han roto a llorar y no han parado de hacerlo hasta que el tren ha llegado a su destino.