Pedro Sánchez (Madrid, 51 años) ha ido encadenando victorias aparentemente imposibles en toda su carrera y ahora se enfrenta a lo que parece un obstáculo insalvable, las generales del 23-J, convocadas por él mismo tras el resultado del 28-M.
En las elecciones del 28-M crecen el PP y Vox. ¿Cómo se explica el resultado de esas elecciones?
Podríamos pensar que ha habido una movilización muy importante del electorado conservador, y débil del electorado progresista. Pero hay explicaciones más sencillas, como que en España lo que pasa es que hay mucho facha y mucho hijo de puta. Eso es lo que pasa: fachas e hijos de puta.
¿Convocó las elecciones teniendo eso en mente?
Fue una decisión difícil, pero cuando tengo dudas y no sé qué hacer, me pregunto: «¿Qué haría Pedro Sánchez en esta situación?» Y siempre tengo la respuesta. Como dicen en la canción Valiente de Vetusta Morla, «ser valiente no solo es cuestión de suerte».
¿Cómo se toman esas decisiones, como la convocatoria electoral, en Moncloa?
Cuando no sé qué hacer, me digo “Pedro, ayúdame” y abro Manual de Resistencia. Ahí está todo. Lo abras por donde lo abras hay perlas de sabiduría. El personaje protagonista te atrapa desde el primer momento. Lo tiene todo en contra, pero pelea por sus ideales hasta el fin. Estoy enamorado de ese tipejo. Como dicen en la canción Fiesta Mayor de Vetusta Morla, «te llevaste la solución y me quedé el interrogante».
¿Se está derechizando España como ocurre en el resto de Europa?
España no es ajena a esa corriente reaccionaria. Fíjese usted que yo mismo, que me considero de izquierdas, resulta que soy del PSOE. No te puedes fiar.
La derecha propone derogar el sanchismo, ese es el principal punto de su programa.
Y no lo entiendo, a mí el sanchismo me ha ido muy bien. Llevo siendo sanchista toda mi vida y no me ha ido mal. De hecho, soy presidente del Gobierno. (Risas). ¿Puedo enviarle un mensaje al señor Feijóo? ¿Dónde está mi cámara? (El presidente se levanta y coge la cámara del fotógrafo con las dos manos creyendo que es una cámara de vídeo y se dirige directamente a Alberto Núñez Feijóo). Feijóo, hablamos cuando quieras, ¿eh? Cuando quieras, porque veo que vas hablando de mí por ahí y a mí las cosas me gusta hablarlas a la cara, ¿eh? Y veo que tú mucho hablar por la boquita pero luego nada. Deroga esto, Feijóo, deroga esto. (El presidente se quita la camiseta y enseña abdominales). ¡Deroga esto, Feijóo!
“Pues a mí me gusta el sanchismo, ¿qué pasa? A mí me funciona.”
¿Qué es el sanchismo?
A ver, la derecha habla del sanchismo pero no tiene ni puta idea de lo que es el sanchismo. El sanchismo es, sobre todo, un sentimiento. El sanchismo es levantarse por la mañana de la cama, asomarse a la ventana llevando solo los pantalones del pijama, mirar al cielo, oír los pájaros… Saber que va a ser un gran día. Y luego hacer 15 o 20 flexiones antes de ponerse la camisa para notar las mangas llenitas. Pero hay veces que el sanchismo es ir a ver una película que te gusta, o coger la mano de tu mujer o pasarte un domingo tumbado en el sofá o pasear por la calle con un café en la mano mientras escuchas a Vetusta Morla. El sanchismo es… qué te voy a decir yo, la auténtica salud, el bienestar, la alegría. ¿Sería yo sanchista si no fuera Pedro Sánchez? Quiero pensar que sí.
¿Por qué cree que funciona el antisanchismo?
Mire, yo sueño con un mundo en el que haya sanchismo para todos: para los niños, para las mujeres, para los pobres… A veces pienso que hay niños en África a los que el sanchismo no les llega y me pongo a llorar. A llorar a mares. Yo es que soy muy sentido para estas cosas, mucho. Ojalá poder exportar sanchismo al Tercer Mundo. «Un hambre atroz, bombones de licor acechan detrás del humo». La grieta, Vetusta Morla.
¿Sánchez o España?
España.
¿Qué es España?
Pedro Sánchez.
¿Cómo ha vivido las negociaciones entre Sumar y Podemos?
«Vi discutir al ying y al yang, apuñalarse por detrás». La mosca en tu pared.
Usted dijo que le quitaría el sueño gobernar con Podemos. ¿Ha dormido bien en los últimos años?
Sí, porque dormir con Pedro Sánchez es estar en las nubes. Y en ningún sitio se duerme mejor que en las nubes. Sabes que por la mañana te vas a levantar y Pedro Sánchez va a estar ahí, a tu lado.
Hablemos de uno de los hitos del pasado Gobierno, como las políticas feministas. Ha habido muchos avances pero no han estado exentos de polémica.
Yo voy a ser muy claro: no voy a pedir a los españoles que se corten el pito. Una cosa es ser feminista y otra cosa muy distinta es lo que hay hoy en día, que parece que ya no puedes salir a la calle o que te tienes que cortar el pito. No hay nada mejor que un pito español. Son muy necesarios si queremos mantener las cifras de natalidad.
Este contenido solo es posible gracias al apoyo de nuestros suscriptores. Suscríbete a El Mundo Today para que podamos seguir haciendo el mejor periodismo independiente.
No sé si el feminismo defiende exactamente esa tesis de «cortar pitos».
Mire, se lo voy a decir: a mí Irene Montero casi me convence para que me haga mujer. Me embrujó. Y eso no puede ser. Yo he conocido a algunas feministas que muy bien, pero hay otras que… Uf, se ponen de uñas. Miau. Pero me encantan, me encantan, ¿eh? Me encantan en general. Pero claro, si por defender a las mujeres, molestas a los hombres, algo estás haciendo mal. Tú no puedes decir que hay hombres violadores porque muchos hombres, especialmente los violadores, se van a sentir interpelados. No puedes hacer eso, no puedes. Necesitamos un feminismo integrador que no le diga a los hombres que hacen cosas malas, sino que sirva sobre todo para que las mujeres paguen en los restaurantes o dejen de llevar sujetador. Todo lo que pase de ahí… es contraproducente y asusta a muchos ciudadanos, especialmente a los más asquerositos. Y necesitamos también el voto de los hombres asquerositos.
¿Usted se ha sentido atacado por el feminismo?
Hay una impresión, sobre todo de hombres de 40, 50 años, que han visto discursos incómodos hacia ellos cuando se ha hablado de cosas que a ellos les gusta hacer, como silbar a chicas o violar o lo que sea, y que resulta que ahora están mal vistos. Hemos retrocedido en discursos planteados más como confrontación que como integración. Es objetivo, tengo amigos, auténtica basura humana, que se han sentido así.
“No podemos atacar a los hombres machistas más asquerositos porque necesitamos también sus votos.”
¿Cuánto daño ha hecho la gestión de la ley del “solo sí es sí” en ese voto femenino?
La reforma, efectivamente, fue un error. Yo lo he reconocido como tal y he pedido disculpas. No tendríamos que haber dicho “solo sí es sí” porque a veces se dice más con una mirada, una sonrisa, que con la palabra. Hay muchas cosas que pueden ser sí. Tocarte el flequillo, por ejemplo. Rozarte la oreja… Muchas cosas, muchas. Yo es que soy muy sensitivo y esas cosas las veo.
¿La excarcelación de agresores ha sido tan grave como se ha dicho?
Han salido pocos y la mayoría se han integrado en Vox, lo cual es un alivio porque no están en las calles. En ese sentido, hay que agradecerle a Abascal el trabajo que ha hecho.
¿Se siente responsable de que el feminismo se vea atacado constantemente por la derecha y que muchos votantes no hayan entendido los mensajes feministas?
Como principal impulsor del feminismo en España, cuando el movimiento se tambalea, lógicamente es culpa mía. ¿Existiría el feminismo sin mí? Probablemente no. Por tanto, todo lo que haya hecho mal el feminismo, lo he hecho mal yo. Pero claro, hay muchas voces dentro del feminismo, además de la mía. Entienda, y disculpe la metáfora, que a un gallo a veces le cueste mantener el orden en el gallinero.
¿Se arrepiente de los indultos a los líderes del procés?
Pues sí, porque no me han dicho nada. No voy a decir que yo los indulté porque eso lo hace el Poder Judicial, pero yo los indulté. Y pensé que se mostrarían agradecidos, que me enviarían algún detalle, y nada, no me han enviado nada. A veces las personas decepcionan. ¿Cuánto cuesta enviar una cesta de fruta? Hay algunas que no son muy caras, por 30 euros puedes enviar una cesta de fruta con una nota de agradecimiento. O un desayuno. Por 15 euros puedes encargar un desayuno con magdalenas, zumo de naranja y bombones para un amigo, un compañero de trabajo o un ser querido. Y esa persona se despierta y un mensajero le ha traído todo eso y se siente apreciada y piensa «valieron la pena los indultos». En cambio, si eso no sucede y cada mañana te levantas y piensas «una mañana más sin desayuno», al final te arrepientes de ciertas cosas. Al final piensas «quizá en la cárcel había gente que no estaba tan mal». Es una pena cuando en política se pierde la cortesía o eso que dicen de «los afectos». A veces está bien ser agradecido con quien ha permitido que pases las navidades en casa, eso es lo único que digo. Y, como digo, no es caro: un desayuno son 15 euros. Pero ojo, a mí me envías un poema y te lo agradezco igual. Algo, algo. Si al final lo que importa es el gesto, la intención.
¿Reconoce algún error propio?
Si callo y otorgo, si dejo el silencio entrar, envío postales sin sellar. Mapas.
¿Otra canción de Vetusta Morla?
La marea me dejó los versos borrados, la tinta, un borrón, un papel mojado. La marea, Vetusta Morla.
Va a ir al Hormiguero en dos ocasiones durante la campaña. Es un programa que se ha convertido en un altavoz de la ultraderecha.
Sí, y por eso voy precisamente. En cuanto vea a una de esas dos hormigas de los cojones voy a pegarles un puñetazo en toda la cara. No voy a contestar ni una sola pregunta: entro, les pego un puñetazo a las hormigas y me largo. No voy ni a apagar el motor del Falcon.
En la anterior campaña, usted apeló a la gestión, y la derecha a las emociones, con una idea: “Echar a Sánchez”. ¿La nueva política ya no va de gestión, sino de emociones?
Y ahí es donde yo gano. Si tenemos que pelear el tema de la gestión, lo hago. Hay partido. Pero si tenemos que batallar en el tema emocional… Pocas personas pueden competir con esta sonrisa. A veces un silencio, una canción, una caricia, dicen mucho más que un listado con datos. «Toca final, definir el trazo, sintonizar, reagrupar pedazos en mi colección de medallas y de arañazos». Los días raros.
Una pandemia, un volcán, una guerra. ¿Qué le falta?
Pues ganar un debate contra mi mayor enemigo.
¿Alberto Núñez Feijóo?
No, Pedro Sánchez. Ese maldito bastardo escurridizo… A veces intento ponerle en su sitio pero me lanza una de sus sonrisas y me deshago. Es un ángel pero también un demonio.
¿Cuál cree que es el principal obstáculo de la campaña?
Los bulos y fakes han ido circulando y eso nos ha hecho mucho daño. Hay muchos diarios que publican cosas que no son ciertas. Algunos lo hacen a cambio de intereses políticos, otros por la broma y otros por ganar dinero. Se mueve mucho dinero en la industria de las fake news. Hay gente publicando noticias falsas y ganando auténticas millonadas. Millonadas, ¿eh? Y pidiendo suscriptores y todo. Hay mucho dinero en industria.
No tanto, no tanto.
No, sí, sí, créame. Los directores de esos medios son todos unos buitres. Unos buitres de la peor calaña.
Seguro que también hay gente maravillosa en esa industria, como en todas partes.
No, no.
¿Qué ha ocurrido con la ley mordaza?
No puedo hablar de ello porque me enchironan. Solo puedo decir que si gano las elecciones y soy presidente, la derogaré.
¿Qué ha ocurrido con la ley de secretos oficiales?
Es un secreto oficial.
¿Cuándo se van a dar explicaciones y depurar responsabilidades de la masacre de la valla de Melilla del 24 de junio de 2022?
«Tal vez las paredes ladren y el techo empiece a correr». Lo que te hace grande.
