El silencio de los muñecos españoles tras el fallecimiento de la ventrílocua Mari Carmen el pasado jueves sigue siendo un clamor. Ninguno de ellos ha tenido ánimo siquiera para expresar su tristeza. Con los ojos como platos, continúan en shock, esperando quizá que una mano amiga les dé fuerzas para retomar su actividad o, al menos, para llorar la pérdida.
«Se han quedado sin voz, vacíos por dentro», señalan desde el entorno de la fallecida. Incluso Doña Rogelia, siempre habladora, «ha pegado un bajón considerable».
Los muñecos que no tuvieron una relación directa con Mari Carmen también están conmocionados. Las muñecas de Famosa han interrumpido los preparativos de su viaje anual al Portal de Belén, que suelen iniciarse por estas fechas, justo antes del verano. El muñeco Cocolín lleva desde el pasado jueves ventoseando y haciéndose pis encima, sumiendo a sus dueños en la desesperación. «Abrázame», se limita a pedir con voz metálica el osito Teddy Hug. «El gremio entero está paralizado», confirman las principales jugueterías españolas.
Solo el muñeco Rockefeller tuvo ánimo para expresar brevemente sus condolencias el pasado viernes, aunque no quiso abandonar el perfil bajo que mantiene desde que se hicieron públicos sus problemas con la justicia.