Tras verte titubear en el bar, la ensaladilla ha declarado que la mejor opción del menú es la ensaladilla. «Ehh, vamos, vamos, no hay nada que temer… el olor raro que percibes es de otra cosa… Viene de la calle, sí», ha dicho el aperitivo, que ha cobrado vida propia, desde la barra.
«En 10 años nadie ha tenido un problema conmigo», asegura la ensaladilla, que entiende que, si bien el sabor no es su punto fuerte, esto queda compensado por su dilatada experiencia.
«¡¡Mátameeee!!», ha rogado la ensaladilla al ver que te decantabas por otra cosa.