La Consejería de Agricultura de la Comunidad de Castilla y León, en manos de Vox, ha rebajado los controles sobre el ganado vacuno porque considera «arbitrarios los controles sanitarios actuales» establecidos en la UE, y cree que «hay vacas que es verdad que realmente son lagartos mutantes con cuernos, piel escamosa y carne de sabor raro» que son «perfectamente aptas para el consumo humano».
«Estas terneras dan una carne que sí es verdad que es un poco rarita, especialmente porque es muy marronosa y la sangre sabe a vinagre, pero, si se cocina un poco más, pues ya está, porque el fuego lo mata todo», dice Jacinto Sánchez, portavoz de Unión por la Ganadería. A juicio de los ganaderos, la normativa actual es demasiado estricta y los está arruinando «económica y moralmente», tanto a ellos como a las vacas.
«Mi carne es perfectamente comestible, la normativa europea nos perjudica a todas», ha declarado también una de las vacas-lagarto, ofendida con que se ponga en duda su salubridad.