Tener las manitas de la abuela Herminia o la nariz del tío Ramón ya no saldrá gratis, es lo que viene a decir la ley que entrará en vigor el próximo mes de septiembre.
“Hay ojos, narices e incluso manos que están siempre en manos de los mismos”, ha declarado esta mañana la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, que tiene la misma boquita que su padre.
A partir de septiembre, los recién nacidos que hereden rasgos de familiares verán, pues, gravada dicha transmisión con el impuesto de sucesiones, lo que obligará a que un inspector de hacienda supervise cada parto.
Esta medida ha disgustado a la oposición, que opina que los partos debería grabarlos el padre y no el Gobierno.
Asimismo, la justicia europea aún no se ha pronunciado en lo referente al doble gravamen que supondría el hecho de que un parto grabado en vídeo sea gravado también con este impuesto.
En la comunidad de Madrid no se aplicará esta medida. Ni ninguna otra que diga el Gobierno.