«¿Estaba abierta? ¿Cómo iba vestida?». Preguntas como estas fueron formuladas ayer por la mañana por un juez de la Audiencia de Lleida en un juicio por allanamiento de morada. El magistrado insiste en que las preguntas estaban relacionadas con la «necesaria valoración de los detalles que rodearon la acción», pero sus explicaciones no han evitado la polémica.
«Llevaba las cortinas muy cortas; desde fuera, aunque no quisieras, podías ver todo el interior», precisó la defensa del acusado, aprovechando que el juez estaba muy interesado en la apariencia de la casa supuestamente asaltada. «¿Opuso resistencia?», siguió inquiriendo el juez, que dice que «quería calibrar con dicho interrogante si el acusado recibió alguna negativa al intentar abrir la puerta».
Pese a las críticas, el magistrado insiste en que «el inmueble exhibe un frondoso follaje que atrae todas las miradas, y este hecho no es ajeno a la causa». Defendía esta mañana en la cadena COPE que «para una debida valoración de la prueba era muy conveniente formular las citadas preguntas». Y añadía que «el hecho de que la supuesta víctima no se haya personado juega en su contra».
Al cierre de la edición, se ha podido saber que el juez ha pedido a la defensa más pruebas para determinar si, en el pasado, la casa supuestamente asaltada recibió otras visitas «o fue incluso un prostíbulo».