Cada vez más hombres maduros blancos heterosexuales sufren los estragos del edadismo y comprueban cómo son sistemáticamente rechazados por mujeres menores de edad. Es el caso de Román Griñas, de 50 años, que sufrió el pasado viernes la discriminación de una chica de 16 años a la que quiso invitar a una copa.
«Me dijo que podría ser su padre. Yo, sin embargo, me callé que ella podría ser mi hija. No quise ponerme a su nivel», explica el afectado. «Estas nuevas generaciones de TikTok crecen con la obsesión por la juventud, te ven con canas y exhiben todos sus prejuicios», protesta Griñas, que nunca pregunta la edad a las mujeres por las que se siente atraído «porque, sinceramente, no me parece lo importante».
La víctima habla también de hipocresía, pues señala que «los jóvenes van de liberales y hablan de relaciones abiertas, pero se fijan en mi anillo de casado y de repente esto es un freno. ¿En qué quedamos?».
«La verdadera igualdad es que dé igual la edad», sentencia este hombre sistemáticamente discriminado, recordando que hace treinta años las jóvenes no le ponían tantas pegas «porque eran tiempos de mayor libertad».