La pasada madrugada, la Policía Nacional desalojó una fiesta en pleno centro de Barcelona porque los anfitriones no sabían cómo echar a la gente. Según fuentes vecinales, lo que empezó como una cena tranquila fue complicándose y acabó convirtiéndose en una animada fiesta con decenas de asistentes, lo que dificultó mucho la tarea de darla por terminada.
Según testigos presenciales, Joaquín y Selena, la pareja que vive en la casa, empezaron con las indirectas a las 2:30 de la mañana, pero los asistentes a la fiesta no acusaban recibo y seguían celebrando como si nada. “Bueno, mañana hay que madrugar, así que sería mejor ir dando esto por terminado”, sugería Joaquín ante la indiferencia generalizada.
A las 5:15 de la madrugada, con la fiesta en su apogeo, la Policía Nacional se personó en la vivienda y empezó a desalojar a la gente. “No es que estéis haciendo ruido o nada ilegal, es que los anfitriones mañana madrugan», recordaron los agentes. Aunque algunos de los asistentes a la fiesta se resistieron, en cuanto se acabaron las copas que estaban bebiendo accedieron a abandonar pacíficamente el edificio.
Además de la Policía, los bomberos acudieron también a la fiesta, pues sus servicios fueron requeridos para rescatar a una persona que estaba atrapada en una conversación muy incómoda. “Un varón le estaba dando su punto de vista sobre el aborto a una joven, y esta, por amabilidad, era incapaz de cortarlo”, relatan los bomberos. “Así que nos inventamos que había un incendio y nos la llevamos”, informan.