Tras enterarse de que Froilán estuvo implicado en una pelea con navajas en una discoteca madrileña, la Familia Real enseguida se ha sentido aliviada al ver que el nieto de Juan Carlos I va sentando la cabeza al haber cambiado las armas de fuego por las armas blancas. “Ya tiene 24 años y es normal que vaya madurando”, apuntan desde la Casa Real.
Felipe IV confía en que Froilán cambie pronto las armas blancas por los puños, para más adelante sustituir los puños por los insultos y termine al fin comportándose como una persona normal y corriente. “La tendencia es muy positiva”, se sincera el jefe del Estado. “Nos está dando toda una lección de evolución a todos”, dice.
“A ver, dejar las armas de fuego no es fácil”, admite su abuelo, el rey emérito, desde Abu Dhabi.
Desde la Familia Real coinciden en recalcar que el comportamiento del sobrino del Rey es cada vez mejor. “Está a muy pocos años de ser una persona completamente normal”, celebran. Los Borbones no descartan siquiera que Froilán acabe aportando algo a la sociedad española. “Si se mantiene la tendencia, podría acabar hasta trabajando”, aseguran. Creen que quizá en unos años “podría incluso atenerse a las mismas leyes que los demás miembros de la sociedad”.
Aunque la mejora en el comportamiento es notable, la prensa especializada ha podido saber que lo único que le ha pedido Felipe VI a Froilán es que no se suba a un jeep de la Guardia Civil, pero fuentes cercanas al trono apuntan que el monarca sabe que, tarde o temprano, su sobrino lo hará.
