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Froilán, incapaz de salir de la armadura en la que se metió al llegar a casa tras la reyerta

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Más de dos días después de verse involucrado en una reyerta con navajas, Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón se ha visto obligado a llamar a los bomberos esta mañana para que le ayudaran a salir de la armadura en la que se metió al llegar a casa, según han informado fuentes cercanas a la Casa Real. El hijo mayor de la infanta Elena llegó a casa el sábado de madrugada preguntando por su ‘fiel escudero’ y su ‘ayudante de armas’, pese a que no dispone de ninguno. Al no encontrarlos, bajó al sótano, donde él mismo, y sin ayuda de nadie, se embutió en una vieja armadura, de donde ha sido incapaz de salir.

«El señorito, tras ponerse el casco, se cayó de espaldas y estuvo más de 12 horas gritando y pidiendo auxilio hasta que, durante la tarde del lunes, nos extrañó su ausencia y, buscándolo, nos lo encontramos en el suelo del sótano todo rojo, sudando y oliendo a heces», explica a El Mundo Today un miembro del servicio del domicilio familiar de la infanta Elena. Según explica este trabajador anónimo, Froilán, atrapado, se vio obligado a orinar y defecar dentro de la armadura.

Tras incorporarse y beber un poco de agua, Froilán preguntó por su caballo y su espada (pese a que no tiene asignada ninguna) dispuesto a salir a cabalgar para «cortar las cabezas de los traidores que han osado ofenderme» (según sus propias palabras). Los miembros del servicio tuvieron que explicarle que no había ninguna espada en la casa y que carecía de «hombres fieles» con los que poder «cabalgar».

«Pues que vengan a luchar con su señor los campesinos que podamos reunir», contestó Froilán, según las fuentes.

En estos momentos, Froilán, que ya ha logrado ponerse de pie pero no puede sentarse ni tampoco caminar, espera en el salón de casa de su madre a que vengan los bomberos para serrar la armadura. Está mentalizado y sabe que la reyerta no se sofocará en el campo de batalla con armas nobles sino que será el CNI quien, como es costumbre en la familia, tire por el balcón a las personas con las que se ha enemistado.

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