- La actualidad del mañana -
- La actualidad del mañana -

Este es tu último artículo gratis este mes. Te queda un artículo gratis este mes. Te quedan unos pocos artículos gratis este mes.
No renuncies a la Verdad, suscríbete

Suscríbete

Triste: hace tanto calor que, pese a ser ya noviembre, esta abuela todavía no ha podido decirle a sus nietos que no salgan a la calle tan poco abrigados

Este contenido es posible gracias a las personas que respaldan El Mundo Today con su suscripción. Ayúdanos a seguir siendo el mejor medio de información del país y suscríbete.

Tras el octubre más caluroso registrado nunca en España y un arranque de noviembre con unas temperaturas inusualmente altas, Matilde Asensi Lumix, de 75 años, todavía no ha tenido ocasión de exigir a sus nietos que se pongan la chaquetita y la bufanda. «Mi madre está que se sube por las paredes porque, instintivamente, el cuerpo le pide abrigar mucho a sus nietos, pero no hace nada de frío y por tanto se tiene que morder la lengua», explica la hija de Matilde, que está preocupada por la salud mental de su madre.

«Ves que va a buscarlos al cole cargada de ropa de invierno pero se la tiene que comer con patatas, renunciando a su natural pulsión de abrigar a sus nietos hasta las cejas», relata la hija.

Matilde ha comprado un pavo congelado y le ha puesto una bufanda alrededor del cuello para quitarse el mono, pero eso solo le sirve para acallar las voces de su cabeza durante unos minutos, pues al poco rato ya está susurrando otra vez, en voz baja, «ponte una rebequita», «no te olvides la bufanda» y «¿así vas a salir, que te vas a quedar arrecío

Pero la situación absolutamente devastadora de Matilde no acaba ahí: la mujer lleva cocinados 40 litros de puchero a los que, también a causa del calor, está costándole mucho dar salida. Ella sabe que con estas temperaturas no puede dar según qué platos a los niños, «pero claro, las cocina de forma espontánea por las fechas en las que estamos».

«En definitiva: mi madre no está pudiendo ejercer de abuela, y eso sí que no, eso sí que me parece muy mal de parte del cambio climático», explica la hija de Matilde. Según dice, la anciana va arrastrándose por casa, mirando por la ventana y esperando unas lluvias y unos nubarrones que no terminan de llegar.

spot_img

Apúntate a nuestro boletín de titulares

Últimas publicaciones

spot_img
spot_imgspot_img