Cientos de personas han provocado en los últimos días graves disturbios en el centro de Bruselas, así como en algunas ciudades belgas y neerlandesas, tras la victoria de Marruecos sobre Bélgica en el Mundial de Qatar 2022. El alcalde de Bruselas, Philip Close, ha condenado los incidentes y ordenó “a la policía proceder a arrestos administrativos de los alborotadores”, aunque admite que los destrozos provocados por los gamberros y borrachos quedan muy lejos de los 15.000 obreros que, según Amnistía Internacional, han muerto en Qatar en los últimos años por las pésimas condiciones de trabajo.
«Lo de estos vándalos está muy lejos del destrozo que podría haber provocado, por ejemplo, la organización de la FIFA», dijo el alcalde de Bruselas, aliviado por no alojar un Mundial en su ciudad.
Según han podido contrastar diversos medios, los hinchas que han provocado alborotos en diversas ciudades por ahora no han vulnerado sistemáticamente los Derechos Humanos porque solo han quemado algunos coches y no parece que planeen construir estadios de fútbol con mano de obra esclava.