A fin de evitar «hipocresías innecesarias», el Ministerio de Consumo ha pedido a los principales fabricantes de juguetes españoles que se adhieran a un código de autorregulación para desterrar los anuncios de juguetes para niños como coches teledirigidos, drones, funkos o muñecos de Star Wars de edición limitada si el producto está pensado para adultos. «Si un muñeco de Spiderman está pensado para que lo compre el padre y claramente será el padre el que jugará con él o, mejor dicho, lo dejará guardado en su caja original, en el anuncio no puede aparecer un menor jugando con el mismo: tiene que aparecer un adulto», ha explicado esta mañana un portavoz del Ministerio de Consumo.
El nuevo código deontológico trata de evitar que muchos niños se vean forzados, a instancias de sus padres, a pedir para Reyes o para Papá Noel un juguete que claramente no quieren, que no está pensado para ellos y con el que en realidad no tendrán ninguna ocasión de jugar porque uno de sus progenitores, generalmente el padre, lo guardará en lo alto de una estantería para que el niño no lo rompa.
«Si un adulto quiere comprarse el martillo de Thor con luces o el Guantelete del Infinito de Thanos en formato Lego, tendrá que hacerlo sin poner la excusa de que es para el niño, que deberá recibir sus propios regalos», explican desde Consumo. En ningún momento podrá aparecer un niño en la publicidad de estos juguetes y tampoco, bajo ningún concepto, una persona podrá acudir a la tienda acompañado de su hijo para señalarlo y decir que el objeto en cuestión es «un capricho del niño» a modo de excusa, cuando claramente es para él pero le da vergüenza reconocerlo.
Además de intervenir la publicidad, Consumo también está valorando medidas similares en los videojuegos a fin de evitar que los padres usen las cuentas de sus hijos para jugar a Fortnite por las noches, «muchas veces masacrando su puntuación y reputación online».
