Sin entender qué ha ocurrido ni por qué le han agredido, el asteroide golpeado la semana pasada con una sonda espacial de la NASA ha regresado a su galaxia con una venda en la cabeza y llorando a lágrima viva, según han informado fuentes cercanas. «Yo no he hecho nada y me han dado en toda la puta caraaaaa, buaaaaaa», ha dicho Roirgb8 (auténtico nombre del asteroide) llorando al regresar a su hogar.
«Y encima me han llamado Dimorfoooo [nombre que le ha adjudicado la NASA], buaaaa, no me han dejado ni presentarme», ha lamentado Roirgb8 a sus allegados, sin dejar de señalar a nuestro planeta y enseñando el enorme chichón que lleva en la cabeza y que le ha obligado a modificar su órbita.
Al cierre de la edición, las fuentes consultadas han informado de que 16 primos asteroides de Roirgb8, muchísimo más grandes que él, se dirigen hacia la Tierra a gran velocidad.