Con la intención de abrir la familia a otras personas, un matrimonio ha reunido a sus hijos esta semana para proponerles una relación abierta. «Tienen seis y ocho años, en este tiempo dejan de ser una novedad y, quieras o no, la pasión de los inicios se apaga. Nos gustaría conocer a otros niños, probar la paternidad con otra gente», reconoce Javier Pérez Yela.
La pareja de Javier, Marta, cree que también será bueno para los niños: «Siempre se quejan de que somos un rollo, de que se aburren con nosotros. Ahora podrán probar a otros padres si quieren», argumenta.
Los pequeños no acaban de comprender su nueva situación. «Llegaron a casa el viernes y se encontraron a otros hijos merendando en la cocina. No se lo tomaron bien, pero la culpa es de la estructura familiar tradicional, les hemos vendido que es la única forma de vivir y no es así», comenta el padre.
Los hijos de la pareja están teniendo dificultades para encontrar a otros padres que se ocupen de ellos. En cambio, Javier y Marta ejercen la paternidad cada día con niños distintos. «Nos sentimos revitalizados. Si te cansas de un crío, al día siguiente conoces a otro. Y sigues disfrutando de la paternidad. Me arrepiento de no haber empezado antes», insiste Javier.
Los hijos biológicos de Javier y Marta consideran que sus padres pasan «por una crisis de edad» y están seguros de que pronto «se arrepentirán y quizá nosotros estemos ya asentados en otra familia que tenga mejores consolas y juguetes caros».