Rubén «Olivillo» Morete, un joven de 24 años bastante conocido en la comunidad ‘gamer’, murió ayer a las 19:34 al estamparse contra el techo de su domicilio por pulsar, de forma involuntaria, el botón eyector de su silla gamer. «Fue justo al acabar, estaba dando las gracias a sus suscriptores cuando se fue a reclinar en la silla y desapareció y se le quedaron los pies colgando del techo mientras caía runa de arriba», explica uno de los cientos de personas que estaban siguiendo su streaming.
«Jajaja ¿pero qué? ¿¿Le ha pegado un gigante del Skyrim o qué hostias loooool???», comentó uno de sus seguidores segundos después de ver a Olivillo salir disparado hacia arriba.
El fabricante de la silla ha lamentado el incidente pero ha recordado que las sillas gamer son «para profesionales» y en su mayoría están equipadas con turbo, sistemas eyectores y, en ocasiones, misiles y «hasta posavasos». «Al verlas, uno ya entiende que no son fáciles de utilizar, sus colores y elementos decorativos dan una idea del peligro que conllevan en manos inexpertas», explica un portavoz de Tempest, un conocido fabricante de estas sillas para profesionales.
El hecho de que muchas de estas sillas se hayan popularizado fuera del ámbito profesional de los videojuegos y que, de hecho, muchos oficinistas las hayan empezado a utilizar, incrementará el número de estos accidentes, aunque muchos ejecutivos se han mostrado interesados en esos asientos eyectores para efectuar despidos en masa.