Con la llegada del buen tiempo, los festivales de música vuelven al panorama nacional, y con ellos, el recuerdo de una juventud que nunca volverá para miles de cuarentones españoles.
Tras dos años pospuesto por la crisis sanitaria, el Primavera Sound ha celebrado su vigésimo aniversario en Barcelona, llevándose por delante la autoestima de un porcentaje de la población española. “Tuvimos que esperar una hora para poder pedir una copa, pero lo peor es que toda la gente de la cola era más joven que yo”, asegura Alejandro Martínez Marquina, de 42 años.
A pesar de que durante todo el año ha hecho todo lo posible por evitar enfrentarse a su edad, como comprarse la Play Station 5 o hacerse un tatuaje, Iñaki San Román, de 40 años, se ha derrumbado ante la llegada de festivales como el Mad Cool o el Sonorama. “Me ha llegado la pulsera a casa, me la he puesto con ilusión y no ha pasado nada. Sigo teniendo 40”, asegura.
Aunque son muchos españoles los que comparten su situación, hay excepciones. “Bueno, yo veo a la chavalada como un igual”, aclara Javi Castells, de 45, que viste una camisa hawaiana tricolor abierta a la altura del pecho.