Expertos juristas han reconocido hoy que impresionar al juez diciéndole “sí, qué pasa” contribuye a obtener una sentencia favorable. Los magistrados valoran mucho la actitud valiente de los acusados a la hora de decidir las condenas. “A la gente de ley nos gustan las personas echadas para adelante, que no se arrepienten de nada”, afirman los letrados.
Muchos presos acuden a los juicios con actitud sumisa y arrepentida, lo que sin duda molesta profundamente a los jueces, que acaban optando por sentencias mucho más duras. “Encima que cometes un crimen, luego no me vengas de mosquita muerta”, expresa la jueza salmantina Elena Redondo de Pollo. “Que me miren de igual a igual, a mí personalmente me hace entender que estoy ante una persona que no se arruga y que merece otra oportunidad porque se quiere comer el mundo”, añade.
Decirle al juez “Venga, a cuidarse, jefe” hace innecesaria la contratación de un abogado, pues no hay mejor defensa ante un magistrado que la valentía. “Llevo muchos años en esto y estoy harta de que me estén tratando todo el día con este respeto pomposo”, se sincera Redondo, que es jueza desde el año 2004. “En la vida todo es actitud, me da igual a cuánta gente hayas matado: si me vienes al juicio con proactividad y ganas de tomar las riendas del proceso judicial, te vas a ir a casa libre prácticamente seguro”, concluye.
La Policía Nacional también ha reconocido que los criminales que, en lugar de huir de ellos, se quedan esperando mientras retan a los agentes, nunca son detenidos porque se les respeta más. “Muchas veces he estado persiguiendo a un criminal por la calle, él se ha girado y me ha empezado a perseguir a mí y entonces he sido yo el que se ha puesto a correr”, explica un agente con más de 15 años de experiencia.
