A pocas horas de que se celebre en Madrid la cumbre de la OTAN, y después de que Marruecos impidiera el viernes pasado el salto a España, por la valla que separa Nador y Melilla, de casi 2.000 inmigrantes, dejando hasta 37 muertos según varias organizaciones humanitarias, el Gobierno de España ha confirmado la «externalización de las violaciones de los derechos humanos» en virtud de un acuerdo suscrito con el reino marroquí.
«España es hoy más capaz que nunca de salvaguardar los derechos de las personas, y en especial de los migrantes», explicaba hoy el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, poco después del Consejo de Ministros. «Se acabaron esas imágenes de enfrentamientos brutales con nuestras fuerzas del orden en territorio español», agregaba el mandatario.
Ha insistido Sánchez en que «un país democrático y europeo no se puede permitir según qué prácticas», una convicción que ha llevado al Ejecutivo a «negociar con Marruecos el traslado fuera de nuestras fronteras de dichas violaciones flagrantes de los derechos de las personas», habida cuenta de que, en el país vecino, «aún pueden llevarse a cabo ciertas estrategias de control de la población que aquí, en España, nadie está dispuesto a tolerar».
«Hoy somos más europeos que nunca, estamos más alineados que nunca con la forma que tiene occidente de entender la política internacional y, por tanto, más preparados que nunca para albergar, con la cabeza bien alta, la cumbre de la OTAN», ha zanjado el presidente.