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Un repartidor de Glovo lleva horas siguiendo al tren en el que va la persona que le ha pedido una hamburguesa

EL PASAJERO PRETENDE AHORRARSE EL VIAJE AL VAGÓN CAFETERÍA

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Tras recibir el encargo en las inmediaciones del barrio de Sants de Barcelona, un repartidor de Glovo lleva horas siguiendo al tren en el que va la persona que le ha pedido una hamburguesa. Sergio Planas, de 36 años, pedalea con fuerza a escasos metros de la vía tratando de acortar distancias respecto al tren de alta velocidad que cubre el trayecto Barcelona-Madrid.

En el vagón número ocho, Severiano Quiñones, de 27 años, ya ha presentado una queja en la app protestando por la demora. “Pedí mi hamburguesa al poco de salir de la estación de Barcelona y ya estamos en Zaragoza y todavía no me ha llegado”, ha notificado a los responsables de Atención al Cliente de Glovo, que se han apresurado a pedirle perdón y a tomar medidas urgentes contra el repartidor.

El pasajero pretende ahorrarse el viaje al vagón cafetería, pues tendría que desplazarse, con el tren en movimiento, hasta tres vagones. “Lo peor es que veo al rider por la ventana y en lugar de apretar y acercarse al tren, va escuchando música como si tal cosa”, lamenta. A Quiñones también le molesta que, debido a la lluvia, su hamburguesa le pueda llegar mojada. “Al final tendré que cenar algo frío y mojado, y luego aún querrá una propina”, insiste.

No es la primera vez que este pasajero sufre la falta de profesionalidad de los repartidores de Glovo: el año pasado ya se quedó sin pizza en un vuelo Barcelona-Londres porque el repartidor fue incapaz de levantar su bicicleta hasta los seis mil metros de altura a los que se encontraba su asiento.

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